Factores como la dinámica laboral y familiar afectan nuestro estilo de vida y la casa que habitamos no siempre puede seguirle el paso.

¿Detectas cuando tu casa dejó de ajustarse a tu estilo de vida y necesitas venderla?

Aquí algunos tips:

-¿Todavía es una propiedad cómoda y útil? Tal vez tu familia creció y necesites tener más espacio. Muchas veces las circunstancias pueden llegar a cambiar mucho con el tiempo y lo que era la propiedad de tus sueños ahora puede parecerte una lata de sardinas. Esta es una de las más importantes señales de que es un buen momento para vender tu casa.

-¿Estás financieramente preparado para afrontar una nueva compra?

Vender tu casa de manera precipitada sin estar listo para afrontar la compra de otro mejor es un error garrafal. En primera instancia debes explotar muy bien tu estado financiero y verificar que ya no tengas ninguna deuda con el banco, así tendrás más seguridad de que podrás costear tu próxima adquisición.

-Si recibes una oferta seria por su vivienda, cercana a la de sus vecinos de parte de un comprador que le gusta mucho el sector, teniendo vista otra propiedad para cambiarse, con un precio acorde a sus posibilidades, véndela sin vacilar y prepárate para mudarse.

-No olvides todos los gastos adicionales de la mudanza, como los costos de la empresa que te ayudara en el proceso o en su defecto el traslado de tus objetos.  Además, considera que deberás hacer un par de arreglos en la actual casa antes de venderla, como pintar las paredes, hacer remodelaciones en baños, cocina y arreglar el jardín para dar una excelente primera impresión.

-Un cambio en tu lugar de trabajo que haga inmanejables las distancias podría ser una razón de bastante peso para relocalizarte.

Nuestra recomendación más importante es informarte del comportamiento del mercado, de los lapsos de venta, de los precios y seguir tus propios instintos y deseos. Lo que decidas hacer, hazlo de la mano de nuestro equipo.